26.12.06

Sr. Diderot.

Estimado Amigo.
Ya ha pasado mucho tiempo que no sabemos el uno del otro y le envió esta carta para noticiarle de los acontecimientos que se me han sobrevenido desde nuestra despedida.
Desde nuestra separación he luchado contra la carne para mantener los votos de nuestra orden cosa que logre con mucha dificultad encomendándome permanentemente a san Agustín y recordando los tres votos sustanciales, he seguido la liturgia y abrasado la pobreza para de ese medo alejar mi mente del camino de la tentación. Como sabes nací en Calabria y de pequeño abrace la iglesia Italo-Balcánica luego nuestro misericordioso Dios guió mis pasos para servirlo en los Dominicos con ustedes mis hermanos, pero desde que me traslade a Ámsterdam el camino se me vino cuesta arriba, Me lamenta confesarle amigo mío que me he entregado a los placeres de la carne de forma desmedida visitando casi todas las cabinas de nuestras hermanas pecadoras, además he calzado mis pies curtido por los elementos, bebo abundante licor y fumo las yerbas mas elaboradas he dejado definitivamente la flagelación y ahora paso largas horas bailando impúdicamente en las discoteques de las ciudad.
Espero que después de esto usted no me retire su amistad ya que espero consejo y apoyo de su persona.
Espero no haberlo importunado, siempre suyo Antoine Pérez.
Soloviviendo