Una vez recibida su escueta misiva y luego de reponerme de la sorpresa, tomé el primer tren de la mañana rumbo a Caracas, con la esperanza de tomar un pronto vuelo al sur, antes, rumbo a Maiquetía decidí pasar por el arzobispado y saludar al buen amigo del obispo Iriguña, quien con su habitual habilidad no tardó mucho en sonsacarme el motivo de mi viaje. No hubo necesidad de tomar el mentado vuelo al sur, Iriguña me ha confirmado la tragedia...., pero como noté que enseguida tomo cierta distancia del tema sospeché y apenas hube terminado el dulce coñac del obispo, enfile por tierra a Cucuta, 19 largas horas por carretera dando explicaciones a mi joven esposa sobre la prolongación de mi ausencia, cosa que creame me preocupa, pues los muchachones rondan la quinta cada vez me ausento y temo que la carne aún vigorosa de mi mujer sucumba en la soledad.
Pues ahora no se cuando volveré a los llanos de Anzoátegui, pues el “colombiano” me tiene prohibición de salir, claro, por mi propia seguridad, pues la situación está complicada y ya no sabemos con certeza de donde vienen los disparos, claro, le hablo en forma figurada, pues me refiero a que no estamos claros si nos escondemos de una artillera maniobra de nuestros propios amigos de la confraternidad por la América Aria en Cristo o nos siguen pasos de una gran operación policíaca que investiga nuestros operaciones en sudamerica, armada por un división especial de la policía española, claro que esto tambien es pura elocubración del "colombiano", porque pruebas concretas ni hablar.
Sea como sea este dificil asunto, lo único que puedo confirmarle con certeza, en este mar de incertidumbre, es que estamos en medio de una balacera y no conocemos a los pistoleros ni donde se esconden. Procure actuar con prudencia, si es que conoce el verbo...., evite mostrarse en demasía, mas vale que se abtenga por un tiempo de las pasiones exageradas de la carne antes que termine haciendole compañía al pobre de Marcial.
A la espera,
Arquimides
P.D. ¿quiénes son los desconocidos que le escriben, tiene como saber de ellos?
Pues ahora no se cuando volveré a los llanos de Anzoátegui, pues el “colombiano” me tiene prohibición de salir, claro, por mi propia seguridad, pues la situación está complicada y ya no sabemos con certeza de donde vienen los disparos, claro, le hablo en forma figurada, pues me refiero a que no estamos claros si nos escondemos de una artillera maniobra de nuestros propios amigos de la confraternidad por la América Aria en Cristo o nos siguen pasos de una gran operación policíaca que investiga nuestros operaciones en sudamerica, armada por un división especial de la policía española, claro que esto tambien es pura elocubración del "colombiano", porque pruebas concretas ni hablar.
Sea como sea este dificil asunto, lo único que puedo confirmarle con certeza, en este mar de incertidumbre, es que estamos en medio de una balacera y no conocemos a los pistoleros ni donde se esconden. Procure actuar con prudencia, si es que conoce el verbo...., evite mostrarse en demasía, mas vale que se abtenga por un tiempo de las pasiones exageradas de la carne antes que termine haciendole compañía al pobre de Marcial.
A la espera,
Arquimides
P.D. ¿quiénes son los desconocidos que le escriben, tiene como saber de ellos?
