27.12.06

Sr. Diderot.

Estimado Marcial Diderot
Pasaron cinco largos días sin recibir respuesta, mi alma se hundió en la desesperación y mi cuerpo en los placeres de la carne. Creí que ya nunca mas sabría de su persona hasta el día 24 de Febrero que el joven Kraayenhof, a eso de las ocho de la mañana, golpeo mi puerta para hacerme entrega de vuestra carta, la abrí y leí con inmediata desesperación bajo la extrañada mirada del joven, acto seguido termine de vestirme, tras llenar mi saco con algunas prendas pague mas que bien a la chica que amaneció en mi lecho aquella mañana y partí rápidamente a la estación central de Ámsterdam, tome el primer tren a Colonia donde haria combinación para bajar a Italia .
Estoy en Colonia frente a la Wallraf Platz donde nace la Hohe Str. frente a mi esta el DOM y luego la estación, bebo un agua ardiente para apalear el frió y entre los tirotones intento terminas esta carta para su pronto envío, debo esperar una hora mas entes de partir a Liguria, hasta aquí el viaje a sido placido y sin contratiempos la nieve ya a escampado, solo paramos una vez para limpiar las líneas, temo por el paso por los Alpes, mi corazón no estara tranquilo hasta que llegue a Torino, desde allí Génova esta a un tiro de piedra y confío llegar a tiempo para encontrar a nuestro bien querido Sr. Arquímedes. No ayo el momento de entrevistarme con el, a su vez temo no tener las agallas para mirar a su cara, ya se que el no abraza nuestra fe pero aun así es un hombre piadoso de caminos mas que rectos.
Por ultimo hermano Diderot no tema por nuestros asunto, no podría resistir con vida faltarle a la orden y ver como por mi flaqueza se destruye el trabajado de años, el Conocimiento Mayor va con migo permanentemente y así lo haré hasta que se me indique.
Siempre suyo Actoine Pérez.
Soloviviendo